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50 versículos de la Biblia sobre nuestra identidad como cristianos

Publicado el 3 de octubre de 2021

Una de las preguntas más comunes y complejas de la vida es «¿quién eres?». Si alguien te hace esa pregunta ahora, probablemente respondas con tu nombre y cualquier otra información vital. Aunque nos distinguen del resto, esos datos no nos definen. Tampoco resumen completamente nuestras identidades.

Verá, cada uno de nosotros es conocido por diferentes identidades y por diferentes personas. Para tus padres eres un hijo o una hija. Para tus hijos eres un padre o una madre. También puedes ser un amigo, un maestro, un vecino o un compañero de trabajo.

Pero como cristianos, nuestra identidad es una en Cristo. Cuando lo aceptamos, renacemos en Su gracia. Perdemos nuestras identidades individuales y abrazamos nuestra identidad en Él. Nos definimos por cómo nos ve Dios, en lugar de las etiquetas que nos da la sociedad. Esta nueva identidad nos empodera y nos hace íntegros y completos.

Cuando empiezas a vivir tu vida en la verdad de Dios, te da la libertad de ser tú mismo. Dejas de preocuparte por cómo te ven los demás porque lo que importa es quién eres ante los ojos de Dios. Él te creó a su imagen y semejanza. Por lo tanto, a sus ojos, eres perfecto.

Si todavía tienes dudas sobre tu identidad como cristiano, aquí tienes 50 versículos bíblicos sobre nuestra identidad en Cristo para ayudarte a verte tal como Dios te ve:

  1. Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieras te consagré; Te nombré profeta para las naciones. – Jeremías 1:5
  2. Porque quien hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre. – Mateo 12:50
  3. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas. – Efesios 2:10
  4. Acercándonos a él, piedra viva, desechada por los hombres, pero escogida y preciosa delante de Dios, vosotros mismos, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual, para ser un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. – 1 Pedro 2:4-5
  5. Vivid como personas libres, no usando vuestra libertad como encubrimiento del mal, sino viviendo como siervos de Dios. – 1 Pedro 2:16
  6. Mirad qué amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; y así somos. La razón por la que el mundo no nos conoce es porque no le conoció a él. Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no ha aparecido lo que seremos; pero sabemos que cuando él aparezca seremos semejantes a él, porque lo veremos tal como él es. Y todo aquel que así espera en él, se purifica como él es puro. – 1 Juan 3:1-3
  7. Por tanto, no temáis; valéis más que muchos gorriones. – Mateo 10:31
  8. Así que creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. – Génesis 1:27
  9. Ella es más preciosa que las joyas y nada de lo que deseas se puede comparar con ella. – Proverbios 3:5
  10. Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido para sí, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable. – 1 Pedro 2:9
  11. Así que, si habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned vuestra atención en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando aparezca Cristo, que es vuestra vida, entonces vosotros también apareceréis con él en gloria. – Colosenses 3:1-4
  12. Porque habéis muerto y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. – Colosenses 3:3
  13. Así que ya no sois extraños ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios. – Efesios 2:19
  14. Pero Dios, siendo rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en nuestros pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y con él nos resucitó y nos sentó. nosotros con él en los lugares celestiales en Cristo Jesús. – Efesios 2:4-6
  15. Pero el que se une al Señor se convierte en un solo espíritu con él. – 1 Corintios 6:17
  16. Te alabo, porque estoy hecho de manera maravillosa y maravillosa. Maravillosas son tus obras; mi alma lo sabe muy bien. – Salmo 139:14
  17. Porque tú formaste mis entrañas; me tejiste en el vientre de mi madre. Te alabo, porque estoy hecho de manera maravillosa y maravillosa. Maravillosas son tus obras; mi alma lo sabe muy bien. – Salmo 139:13-14
  18. Sabemos que nuestro viejo yo fue crucificado con él para que el cuerpo del pecado fuera reducido a nada para que ya no seamos esclavos del pecado. – Romanos 6:6
  19. Y si sois de Cristo, entonces sois linaje de Abraham, herederos según la promesa. – Gálatas 3:29
  20. Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que antes estabais lejos, habéis sido acercados por la sangre de Cristo. – Efesios 2:13
  21. Pero nuestra ciudadanía está en el cielo, y desde allí esperamos al Salvador, el Señor Jesucristo. – Filipenses 3:20
  22. ¿O no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo que está dentro de vosotros, el cual tenéis de Dios? No sois vuestros, porque fuisteis comprados por precio. Así que glorifica a Dios en tu cuerpo. – 1 Corintios 6:19-20
  23. Pero el Señor dijo a Samuel: “No mires su apariencia ni la altura de su estatura, porque lo he rechazado. Porque el Señor no ve como ve el hombre: el hombre mira las apariencias exteriores, pero el Señor mira el corazón”. – 1 Samuel 16:7
  24. De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es. Lo viejo ha pasado; he aquí que ha llegado lo nuevo. – 2 Corintios 5:7

25. Mirad las aves del cielo: ni siembran, ni cosechan, ni recogen en graneros, y sin embargo vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No es usted de más valor que ellas? – Mateo 6:26

26. ¡Sepan que el Señor, él es Dios! Él es quien nos hizo, y nosotros somos suyos; Nosotros somos su pueblo y ovejas de su prado. – Salmo 100:3

27. Yo soy la vid; sois las ramas. El que permanece en mí y yo en él, ese es el que lleva mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer. – Juan 15:5

28. Llevad las cargas unos de otros, y cumplid así la ley de Cristo. – Gálatas 6:2

29. Entonces el Señor Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y el hombre se convirtió en un ser viviente. – Génesis 2:7

30. He sido crucificado con Cristo. Ya no soy yo quien vive, sino Cristo quien vive en mí. Y la vida que ahora vivo en la carne la vivo por la fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí. – Gálatas 2:20

31. Y es Dios quien nos confirma con vosotros en Cristo, y nos ungió, y también nos selló y nos dio su Espíritu en nuestros corazones como garantía. – 2 Corintios 1:21-22

32. Ahora sois el cuerpo de Cristo e individualmente miembros de él. – 1 Corintios 12:27

33. Porque en Cristo Jesús todos sois hijos de Dios, por la fe. – Gálatas 3:26

34. Pero a todos los que lo recibieron, a los que creyeron en su nombre, les dio potestad de llegar a ser hijos de Dios, los cuales no nacieron de sangre ni de voluntad de carne ni de voluntad de varón, sino de Dios. . – Juan 1:12

35. ¡Oh Señor, tú me has buscado y me has conocido! Tú sabes cuando me siento y cuando me levanto; disciernes mis pensamientos desde lejos. Buscas mi camino y mi descanso y conoces todos mis caminos. Incluso antes de que una palabra esté en mi lengua, he aquí, oh Señor, ya la sabes por completo. – Salmo 139:1-4

36. Porque en un tiempo erais tinieblas, pero ahora sois luz en el Señor. Caminad como hijos de la luz. – Efesios 5:8

37. Nos predestinó para adopción como hijos para sí mediante Jesucristo, según el propósito de su voluntad – Efesios 1:5

38. Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí, la salvará. ¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero y perderse o perderse a sí mismo? Porque cualquiera que se avergüence de mí y de mis palabras, de él se avergonzará el Hijo del Hombre, cuando venga en su gloria y en la gloria del Padre y de los santos ángeles. Pero de cierto os digo que hay algunos de los que están aquí que no gustarán la muerte hasta que hayan visto el reino de Dios. – Lucas 9:23-27

39. Porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos. No hay judío ni gentil, ni esclavo ni libre, ni hombre ni mujer, porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. –  Gálatas 3:27-28

40. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. Porque no recibisteis el espíritu de esclavitud para volver a caer en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción como hijos, por quien clamamos: ¡Abba! ¡Padre!» – Romanos 8:14-15

41. Porque por gracia sois salvos mediante la fe. Y esto no es obra tuya; es el regalo de Dios. – Efesios 2:8

42. En él tenemos redención por su sangre, el perdón de nuestras ofensas, según las riquezas de su gracia, que él nos prodigó, haciéndonos conocer con toda sabiduría y perspicacia el misterio de su voluntad, según su propósito, el cual propuso en Cristo como plan para la plenitud de los tiempos, para unir en él todas las cosas, las del cielo y las de la tierra. – Efesios 1:7

43. Para despojaros del viejo hombre, que pertenece a vuestra antigua manera de vivir y está corrompido por los deseos engañosos, y para renovaros en el espíritu de vuestra mente, y vestiros del nuevo hombre, creado a semejanza de Dios en verdadera justicia y santidad. – Efesios 4:22-24

44. De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es. Lo viejo ha pasado; he aquí que ha llegado lo nuevo. – 2 Corintios 5:17

45. Vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad asentada sobre una colina no se puede ocultar. – Mateo 5:14

46. ​​Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todo lo que he oído de mi Padre os lo he hecho saber. – Juan 15:15

47. Pero ahora así dice el Señor, el que te creó, oh Jacob, el que te formó, oh Israel: “No temas, porque yo te he redimido; Te he llamado por tu nombre, eres mío. – Isaías 43:1

48. Vosotros no me elegisteis a mí, pero yo os elegí y os designé para que vayáis y deis fruto y que vuestro fruto permanezca, para que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. – Juan 15:16

49. Y habéis sido llenos de aquel que es la cabeza de todo gobierno y autoridad. – Colosenses 2:10

50. Vosotros, pues, debéis ser perfectos, como es perfecto vuestro Padre celestial. – Mateo 5:48

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