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¿Beber es pecado para los católicos?

Publicado el 12 de septiembre de 2021

La gente bebe por diversas razones. Algunos beben para escapar de su situación, mientras que otros beben para celebrar. Pero para los católicos, beber alcohol también puede tener implicaciones morales y religiosas. Con toda la doctrina de la iglesia sobre los vicios y cosas así, es natural preguntarse: ¿ beber es pecado?

Desde una perspectiva moral, el alcohol suele ser tratado con polaridad. Algunas personas piensan que es un mal necesario y que las celebraciones no están completas sin alcohol. Mientras que otros ven la bebida como una actividad reprensible que puede corromper el alma.

Entonces, ¿es pecado beber alcohol?

Beber, en sí mismo, no es necesariamente pecado. Si recuerdas, el primer milagro de Jesús fue convertir el agua en vino ( Juan 2:1-11 ). No sólo aprobaba beber vino, sino que él mismo bebía vino en varias ocasiones. Si este es el caso, entonces es seguro decir que el alcohol no es intrínsecamente inmoral.

De hecho, incluso tenemos un vino sacramental o vino de altar destinado específicamente a las celebraciones eucarísticas. Y muchas celebraciones cristianas a menudo implican beber vino y divertirse.

El problema, sin embargo, surge cuando se abusa del alcohol.

Cuando estás borracho, no tendrás control total de tus facultades. Su capacidad de tomar decisiones y de pensamiento crítico se ve significativamente afectada. Esto te lleva a hacer cosas que de otro modo no harías cuando estés sobrio, como peleas y maldiciones excesivas. En casos extremos, puede incluso conducir al acoso sexual y al asesinato.

Como ves, beber alcohol no es pecado mortal. Pero el abuso de bebidas alcohólicas puede llevarnos al pecado.

¿Qué dice la Biblia sobre el consumo de alcohol?

Hay muchos versículos bíblicos sobre la bebida y la embriaguez. Pero todo esto apunta a lo mismo: beber no es pecado siempre que sea con moderación.

Por ejemplo, tomemos este versículo del Antiguo Testamento:

Él hace crecer la hierba para el ganado y las plantas para que la gente las cultive, y produce alimento de la tierra: vino que alegra los corazones humanos, aceite que hace brillar sus rostros y pan que sustenta sus corazones”. – Salmo 104:14-15

Dice específicamente que el vino es un regalo de Dios que alegra nuestro corazón humano. Al igual que el aceite y el pan, proviene de los frutos que crecen en la misma tierra que nos proporciona alimento.

En el Nuevo Testamento, Jesús no sólo convirtió el agua en vino. Él también bebía y hasta fue acusado de borracho por los fariseos:

“Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y decís: He aquí un glotón y un borracho, amigo de publicanos y de pecadores”. – Lucas 7:34

Evidentemente el Hijo del Hombre no es un borracho. Pero en aquella época la bebida formaba parte de la vida cotidiana de la gente. En lugar de condenarlos, Jesús entendió, lo que le valió la ira de los fariseos moralistas.

Esto simplemente refuerza la enseñanza de la iglesia de que consumir alcohol está perfectamente bien.

Pero si abusas de él, no eres mejor que las personas que desperdician su vida en placeres mundanos. Y ésta, según San Pedro, no es la verdadera característica de un cristiano:

“Porque habéis pasado suficiente tiempo en el pasado haciendo lo que los paganos eligen hacer: viviendo en libertinaje, lujuria, borracheras, orgías, juergas e idolatría detestable”. 1 Pedro 4:3

Recuerda que ser cristiano y católico significa seguir los pasos de Cristo. Eso incluye compartir Sus sufrimientos. Si nos entregamos a estos placeres mundanos, no podremos compartir su sufrimiento. Tampoco seremos merecedores de heredar el reino de Dios.

¿Cómo podemos evitar el abuso del alcohol?

El alcohol es un tipo divertido. Se ha convertido en una norma social celebrar cosas con comida y bebida. Pero la línea que separa la celebración y la embriaguez a menudo es borrosa. Y muchos de nosotros bebemos sin conocer nuestros límites.

Pero según un catecismo católico :

La virtud de la templanza nos dispone a evitar toda clase de excesos: el abuso de la comida, del alcohol, del tabaco o de las medicinas.

Santo Tomás define la templanza como la “disposición de la mente que une las pasiones”. En términos sencillos, significa autocontrol voluntario.

Puede parecer simple, pero practicar la templanza requiere voluntad de acero. Debes tener una gran determinación y un sentido igualmente fuerte de autodisciplina.

En resumen, Dios creó el vino y la bebida para nuestro disfrute. Nos los dio como un regalo que alegra los corazones humanos. El alcohol es malo cuando se abusa. Pero cuando se toma con moderación, puede generar momentos fantásticos y recuerdos increíbles con amigos.

Espero que esta publicación te haya brindado algo de consuelo si planeas tomar una copa pronto. ¡Salud!

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