Publicado el 27 de junio de 2021
Confiar en Dios en todo es más fácil de decir que de hacer. Todos tenemos esos momentos en los que le pedimos ayuda a Dios, pero en lo más profundo e íntimo de nuestro corazón existe la duda de si realmente nos ayudará.
Pero como dice un dicho popular: déjate llevar y déjate llevar por Dios. Esto nos dice que confiar en Dios requiere abandono. Necesitamos dejar de lado nuestras expectativas y todo lo que nos aleja de Él.
Dejar ir también significa dejar que Él tome las riendas. Es un símbolo de nuestra sumisión a él. Es un reconocimiento de que ya no nos pertenecemos a nosotros mismos sino a Él. Y que todo lo que somos y todo lo que tenemos está a su disposición.
Esto se resume mejor en una de las últimas palabras de Jesús: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” ( Lucas 23:46 ) . Es una declaración de entrega total. Sabe lo que le sucederá, pero su fe en el padre nunca flaqueó. No hubo reservas, ni peros, ni si.
Sí, ese tipo de rendición completa e inequívoca no es fácil. Piense en ello como si saltara de un acantilado con los ojos vendados. No hay garantía de que llegues ileso al agua o de que puedas sobrevivir a la caída. Pero a pesar de tus miedos y dudas, lo hiciste de todos modos porque sabes que al final valdrá la pena.
Esto es lo que realmente significa “ponerlo en manos de Dios”. Y así es como puedes hacerlo.
Comparte tu carga
Echa toda tu ansiedad sobre él porque él tiene cuidado de ti – 1 Pedro 5:7
Todos tenemos algo que nos preocupa. ¿Podrás pagar esa hipoteca que contrataste? ¿Qué pasará con tu familia si pierdes tu trabajo? ¿Qué es lo que el futuro tiene para ti?
No sabemos que estos pensamientos molestos en el fondo de nuestra cabeza pueden agobiarnos. No me malinterpretes. Estar preocupado y ansioso por algo es totalmente válido. Es normal sentirse estancado a veces y pensar que nadie lo entiende. Pero eso no significa que debas mantenerlo todo reprimido.
No puedes poner tus problemas en manos de Dios si no los sueltas primero. Comparte tus ansiedades y preocupaciones con el Señor. Comienza tu día con un devocional diario y úsalo como una oportunidad para contarle tus miedos y aspiraciones. Habla con Él como lo harías con tu mejor amigo. Deja ir todo lo que te agobia y deja que Él te ayude a llevar esa carga.
No te apoyes en tu propio entendimiento
Confía en el Señor con todo tu corazón y no te apoyes en tu propia prudencia; Sométete a él en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas. – Proverbios 3:5-6
A veces le pedimos a Dios algo pero él nos da otro. ¿Eso significa que no escucha nuestras oraciones? No. Sólo significa que tiene mejores planes para nosotros.
Recuerda que todo sucede por una razón. Quizás no lo entiendas ahora, pero con el tiempo lo entenderás.
He knows what is best for us and what will harm us. He alone knows the future so believe that he has your best interests at heart. Instead of asking him why, answer him with a resounding “yes”. Obey the Heavenly father’s will and trust that things will work out just as He has planned.
Leave Yourself Into His Hands
Do not worry about tomorrow; tomorrow will take care of itself. Sufficient for a day is its own evil. – Matthew 6:34
When you lift your problems up to Him, you must also be willing to offer yourself to Him. This includes everything that you are and everything that you have as well as all your plans, hopes, and dreams.
Worry not about what tomorrow will bring. There’s no use fretting about things that may or may not come. You don’t need that unnecessary stress. Instead, surrender your days to him and let Him take charge of your tomorrow. Acknowledging that you are not in control of your destiny will help you accept His will more fully.
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About The Author
Judy Ponio is a professional writer for the Lay Cistercians blog and a devoted Catholic. She works hard to ensure her work uses accurate facts by cross checking reputable sources.